“El mayor éxito sea probablemente el haber construido una red de abastecimiento de aguas

que cubre el 90% del sur de la isla Idjwi”

 

Gaby es una de esas personas comprometidas con el mundo. Corría el año 2002 cuando se embarcó en la cruzada de fundar ICLI en San Sebastián. La organización ya había echado a rodar años atrás en Vitoria, pero la obra no quedaría completa hasta tener presencia en los tres territorios vascos. Desde entonces, no ha cesado de trabajar: proyectos, viajes, decanato, … una vida plena que ha dado sus frutos. Es hora de pasar a segundo plano, añade Gaby, de dejar entrar savia nueva para que su sueño continúe.Gaby nos ha dejado un legado difícil de superar. Las siguientes líneas esconden parte de su historia.

1. Gaby, ¿qué recuerdos conservas de esos primeros años de ICLI?

La primera noticia que recibimos de ICLI vino en forma de invitación a una Junta del Colegio de nuestros compañeros de Vitoria donde informarnos de la ONG que ya estaba muy activa para esas fechas. Su intención era la de unirnos a ellos, pero todo terminó en la creación de una Delegación en Gipuzkoa.Hoy recuerdo la voluntad de una docena de colegiados en hacer algo, aunque nadie sabía cómo. ¿De dónde sale el dinero? ¿Quién presenta proyectos? ¿Cómo se formulan? … Nos envolvía un mar de dudas.Gracias al apoyo del Colegio de Álava y al de la religiosa Maite Iceta, conseguimos ponernos en marcha. Cabe una mención de honor a nuestro compañero Gorka Zalakain quien se encargó de realizar el primer viaje, el primer proyecto, de sacarlo adelante y abrir camino. La ignorancia en aquel entonces de la situación del Congo nos hizo temer a lo desconocido. Gracias a Dios, jamás sufrimos el menor percance.

2. ¿Hay algún proyecto del que te sientas especialmente orgulloso?

Realmente el éxito es el conjunto de los proyectos que completan una red de abastecimiento de agua que cubre el 90% del sur de la isla de Idjwi.Probablemente, este año 2015 en colaboración con la ONG Energía Sin Fronteras, se consiga concluir el mapa de aguas de la zona.En nuestro mundo privilegiado, resulta difícil entender el valor del agua en la vida de las personas. Además de haber erradicado casos de cólera, lo que motivó el inicio de nuestra colaboración, presenciamos las “gracias al cielo” de un anciano que sentía que podía morir tranquilo porque sus nietos ya tendrían agua.

3. ¿Y algún otro que se haya quedado en el tintero?

 Faltaría por establecer un sistema de sostenibilidad de las instalaciones con la participación económica de toda la población. Si en este año 2015 se completara este trabajo, podríamos sentirnos muy orgullosos por todo lo conseguido. El sacerdote Bahati, que ahora es “koskero”, ha visitado Idjwi para, entre otras cosas, dar un nuevo impulso a la organización de las colectas por parte de la población. La tarea de ICLI ha casi finalizado y es momento de que ellos asuman la obra como propia. Cualquier cambio o mejora ha de contar con su participación. Esto no resulta fácil de entender cuando nunca se ha tenido nada.

4. Viajaste a Congo en siete ocasiones, ¿con qué te quedas de esos viajes?

En los viajes he conocido otra forma de vida. La experiencia ha sido única. La labor que allí realizan las misioneras, es impagable. Cuentan con la aceptación y el respeto de toda la población. El potencial turístico del lago Kivu es infinito. Si tuvieran capacidad para explotar sus recursos naturales, el país quedaría totalmente transformado en diez años.

5. En 2007 eres nombrado Decano del Colegio de Ingenieros Industriales de Gipuzkoa. ¿Cambió en algo tu vida esa nueva responsabilidad?

 El nombramiento de Decano fue un honor y un nuevo reto que no interfirió en absoluto con mi actividad en ICLI. Jubilación viene de júbilo y es una etapa que ofrece nuevas posibilidades de explorar otras vías. Yo lo hice, y resultó una experiencia de lo más enriquecedora. Podemos ofrecer mucho.

6. ¿Qué beneficios le aporta a ICLI ser parte del Colegio de Ingenieros?

 El beneficio es, por un lado, económico. El presupuesto anual del Colegio contempla un capítulo para esa aportación además de lo que se recibe por la ocupación de la Sociedad Gastronómica Ernio. No obstante, el principal beneficio se obtiene de poder hacer partícipes a los colegiados de la ONG. Que entiendan de la importancia de colaborar con ICLI y del trabajo que venimos desarrollando. Hay ingenieros que están utilizando los proyectos que realizamos como base de los suyos de fin de carrera.

7. ¿Qué nuevos retos te deparará el futuro?

 Mi participación en la ONG ha tocado a su fin. En el futuro me limitaré a mantener unas ayudas sociales en el Congo como escolarización de niños, becas para bachilleres, orfanato, formación de mujeres,… En realidad, el trabajo lo desarrollan los nativos y nosotros nos preocupamos de conseguir fondos, que no es poco.