“Promover la insolidaridad como estrategia de salida de la crisis,
contribuye al empobrecimiento moral y social de las poblaciones del Norte”
La Asociación de Entidades Locales Vascas Cooperantes, EUSKAL FONDOA, nace en 1.996 como instrumento de coordinación y apoyo a la Cooperación Descentralizada en Euskal Herria. Su principal meta pasa por sensibilizar a la ciudadanía ante las desigualdades de los pueblos, así como transmitir la necesidad de cooperar en el establecimiento de un nuevo orden mundial más justo y solidario.
Actualmente está constituida por 107 entidades vascas, incluyendo los ayuntamientos de Bilbao, Vitoria y San Sebastián; así como las Diputaciones Forales de Álava y Gipuzkoa.
Euskal Fondoa está presente en países como Guatemala, Nicaragua o El Salvador, entre otros, impulsando el desarrollo de infraestructuras básicas (agua y saneamiento), políticas de género, fortalecimiento de las capacidades técnicas, etcétera.
1. ¿En qué medida contribuye Euskal Fondoa a reducir las desigualdades Norte/Sur?
La inseguridad alimentaria y la extrema pobreza, los conflictos armados, la discriminación y violencia contra las mujeres, el crecimiento no sostenible… delimitan el alcance de la Cooperación al Desarrollo, aunque no por ello hay que despreciar el impacto de las intervenciones localizadas que desarrollamos entidades como las de Euskal Fondoa.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), por cada dólar invertido en agua y saneamiento, se pueden ahorrar entre 3 y 34 dólares en salud, educación y desarrollo económico. Estas actuaciones han contribuido (según NU) a reducir a la mitad la pobreza extrema así como la proporción de personas sin acceso al agua potable. Se ha disminuido también la mortalidad infantil y materna, y se ha avanzado en el acceso a la educación primaria.
2. ¿Cómo retorna la ayuda dirigida a los países del Sur?
Históricamente, las relaciones Norte/Sur han estado hegemonizadas por el interés económico de las grandes potencias. La ayuda se plantea como una respuesta de justicia reparadora, partiendo de que los beneficios que obtenían las economías occidentales en los países del Sur no se traducían en mejoras para la población local.
Por otro lado, el grado de interconexión y globalización del mundo actual, nos sitúa en un escenario en el que debemos interactuar necesariamente, incluso para la defensa egoísta de los intereses del Norte.
3. Alguno de los proyectos que le haga sentir especialmente orgulloso
No podríamos particularizar ninguno en especial. Los proyectos de agua y saneamiento desarrollados durante los últimos 25 años han beneficiado a más de 50.000 personas, los proyectos sociales de empoderamiento de las mujeres o tercera edad, la cooperación para la autoconstrucción de más de 3.000 viviendas, la ayuda humanitaria permanente con los campamentos de población refugiada saharaui… se han podido desarrollar gracias a la coordinación de los ayuntamientos vascos y al apoyo de las tres Diputaciones Forales y el Gobierno Vasco. La suma de muchos pocos ha permitido conseguir acciones sostenibles y de impacto.
4. ¿La mejora económica de algunos países ha hecho variar sus prioridades?
Los países de intervención de Euskal Fondoa (El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Cuba y Sahara) no han resultado, lamentablemente, lo suficientemente mejorados como para modificar la prioridad, incluso han retrocedido en el ranking de países según el Índice Desarrollo Humano. Nuestra estrategia de intervención se asienta sobre la continuidad y la profundidad en los marcos territoriales de intervención, con el fin de mejorar la eficacia y eficiencia de nuestras actuaciones.
5. ¿Llegará un día que no sea necesaria la cooperación tal y como la entendemos hoy?
La cooperación internacional de estos últimos 30 años (no olvidemos que en los años 70 España era un país receptor de ayuda), ha estado en permanente revisión. Las políticas de cooperación se están viendo amenazadas ante la emergencia de nuevas necesidades sociales en el Norte como consecuencia de la crisis económica. Enfrentar las necesidades de aquí y de allá sin discernir entre unas y otras, promover la insolidaridad como estrategia de salida de la crisis, además de poco pragmático contribuye al empobrecimiento moral y social de las poblaciones del Norte.
6. ¿La crisis económica ha cambiado nuestros valores solidarios?
Ha puesto a prueba el grado de firmeza de nuestras convicciones. Nos emplaza a una agenda con nuevas necesidades y prioridades.
Desde Euskal Fondoa procuramos, a través de la educación al desarrollo, identificarnos con los valores universales de la solidaridad que no se reducen a la solidaridad solamente en tiempos de bonanza.
No somos ajenos a los difíciles momentos que atraviesan amplios sectores de nuestra ciudadanía y las entidades públicas vascas. Como entidades más próximas a esta realidad, orientamos nuestro esfuerzo a preservar la atención y la ayuda a nuestra ciudadanía, pero sin caer en actitudes extremas que supongan una supresión de las políticas de solidaridad y cooperación para el desarrollo. Se trata de adecuar las posibilidades y los recursos a la nueva realidad, pero sin eludir compromisos como la eliminación del hambre, la redistribución de recursos, la justicia, la dignidad y la libertad.
La crisis económica supone un reto al compromiso y a la voluntad de las personas con responsabilidad institucional en relación a la justicia social y a la solidaridad.
7. ¿Qué ha aportado la presidencia de Euskal Fondoa a Imanol Landa como persona?
Comprobar personalmente como Euskal Fondoa se erige, en estos tiempos de crisis, en la mejor de las herramientas para el trabajo conjunto y coordinado de las entidades locales vascas en el ámbito de la cooperación, en tanto permite maximizar los recursos, cada vez más escasos, para mantener el compromiso solidario que desde Euskadi venimos desarrollando desde hace más de 25 años con los países en vías de desarrollo. Y todo ello en clave de consenso y acuerdo entre las cuatro grandes sensibilidades políticas de la CAV: EAJ-PNV, Bildu, PSE-EE y PP, lo cual es, por desgracia, una excepción en la realidad política vasca actual que ha de ponerse en valor.