José Luis González
La Agrupación de Bizkaia de Ingeniería para la Cooperación-Lankidetzarako Ingeniaritza ha organizado un sistema de recogida de equipos de Rayos X con objeto de enviarlos a los países en desarrollo. Esto supone un trabajo de revisión y sistematización dada la complejidad del asunto.
Asimismo han preparado una información para transmitir a todas las ONGD a través de la “Coordinadora de ONGD de Euskadi“ sobre el procedimiento a seguir en la recepción y control de estos equipos donados por sus propietarios.
Los equipos de Rayos X, con fines de diagnóstico médico empleados en los diferentes hospitales, han venido experimentando un avance tecnológico importante al haberse incorporado sistemas digitales de contraste que permiten obtener imágenes de mayor calidad, y otras prestaciones como la visualización tridimensional de dichas imágenes en un solo plano.
Por esta y otras razones, muchos equipos son retirados y pueden destinarse a la reventa o desguace.
Una de las opciones es la donación a las ONGD o instituciones de carácter humanitario que operan en las zonas más desfavorecidas del tercer mundo, donde su empleo es vital para un mínimo desarrollo sanitario de la población.
Cuando estos equipos son retirados por sus propietarios después de varios años de actividad, y aunque su funcionamiento pueda ser considerado como aceptable, lo más probable es que las imágenes reproducidas en el material radiográfico resulten de peor calidad, debido a la pérdida de contraste por el lógico deterioro y desajuste que afecta con el tiempo a los distintos sistemas que integran el equipo.
El problema, sin embargo, no es solo la falta de calidad de la imagen y la consiguiente dificultad para un diagnóstico correcto, sino además la generación de las radiaciones ionizantes de fuga y dispersión que se producen durante el funcionamiento del equipo a causa de este desajuste y deterioro de sus elementos, causando por ello efectos perjudiciales para la salud de los pacientes y personal que debe manipular los equipos y el público en general, si se llegara a superar las dosis máximas permitidas, por efecto de dichas radiaciones.
De lo expuesto anteriormente se deduce la necesidad que existe de realizar, a estos equipos cedidos y antes de partir a los lugares y países de destino, una verificación y control de sus sistemas y componentes con arreglo a unos criterios y pruebas determinadas por los organismos internacionales, sobre la seguridad y protección radiológicas a las personas expuestas, así como preparar una completa documentación sobre los procedimientos a seguir para su manipulación, pruebas periódicas a realizar, condiciones de los locales donde han de ubicarse, etc.
Las donaciones que se realizan actualmente adolecen en algunos casos de estos controles, o si se realizan no incluyen todos los requisitos y condiciones que se requieren, causando por ello los consiguientes perjuicios a las personas afectadas, lo que a su vez supondría una importante responsabilidad para las entidades implicadas en la donación del equipo.
Propuesta del procedimiento a seguir
Es bastante difícil, obviamente, que todas las ONGD e instituciones dispongan de los recursos humanos y materiales que se necesitan para controlar y vigilar con eficacia todos los requisitos, teniendo en cuenta además que en el supuesto de que se llegara a realizar dichos controles por varias ONGD, los criterios aplicados por cada una de ellas podrían ser diferentes, obteniendo en consecuencia resultados igualmente diferentes.
Por tanto y con la finalidad de llevar a cabo este proceso con las debidas garantías de eficacia y uniformidad, la Agrupación de Bizkaia de IC-LI se ha ofrecido a la Coordinadora de ONGD de Euskadi para este cometido, ya que se trata de una ONGD vinculada a los Colegios de Ingenieros Industriales, que dispone de los medios necesarios para el transporte y almacenamiento de estos equipos y que cuenta además con personal con la capacidad y experiencia técnica suficientes para gestionar el control y verificación de las condiciones requeridas en estas instalaciones.
A partir de esta primera recepción por IC-LI Bizkaia para su control y verificación, los equipos donados podrán distribuirse posteriormente al resto de las ONGD atendiendo a sus peticiones y necesidades, haciéndose cargo de los mismos para su envío a los lugares de destino y bajo su titularidad, con la ventaja de que con este procedimiento se tiene la seguridad de que dichos equipos cumplen con las debidas condiciones técnicas para su correcto funcionamiento y protección radiológica.