Mani es un poblado de 1.500 habitantes situado en plena selva africana a 470 Km. de Abidjan, la capital económica marfileña. El poblado no tiene luz, ni teléfono, y hasta hace poco, ni agua potable.
El acceso de los habitantes de Mani al agua potable era muy complicado, solamente disponían de un pozo y la extracción se realizaba utilizando cuerdas y cubos. Basta decir que siendo 1.500 habitantes, el pozo solo llegaba a abastecer a unas 350 personas. Como consecuencia, muchas familias se aprovisionaban en manantiales en los que el agua, en mal estado, ocasionaba enfermedades que causaban estragos en la salud, sobre todo de los niños.
Por ello, ICLI instaló un sistema de aprovisionamiento en agua potable con bomba solar, paneles solares para accionar la bomba y un depósito de 20.000 litros a partir de un pozo existente.
Lo primero fue verificar que el nuevo pozo, de 60 metros de profundidad, contenía agua en calidad y cantidad suficiente para abastecer a todo el poblado. Los trabajos consistieron en construir un depósito de agua de 20 metros cúbicos, instalar una bomba solar y cinco paneles solares, construir ocho grifos repartidos por todo el pueblo y realizar las zanjas e instalar las tuberías necesarias entre el rozo y el depósito y entre el depósito y los ocho grifos.
Los habitantes de Mani muy agradecidos por la ayuda de ICLI, colaboraron desde el primer momento haciendo las zanjas para las tuberías y excavando las fundaciones para el depósito. También alojaron y dieron de comer a todos los obreros que intervinieron en los trabajos.
En estos países pobres, los poderes públicos no tienen medios para mejorar la calidad de vida de la población, y cuando tienen ayudas como en este caso, de ICLI, ponen todas las facilidades para que la población pueda beneficiarse de todas las comodidades posibles.