El Colegio Esparza tiene larga tradición de proyección social entre las familias marginales de la zona. Desde el principio, su orientación fue el empoderamiento de la población, mediante la creación de la Asociación de Desarrollo Comunal Lupita como organización que propicie un desarrollo endógeno, participativo y democrático.
En 1975 inició el trabajo para dotar a la población de viviendas mediante la constitución de cooperativas y realizando otras acciones de capacitación, sensibilización, etc. Posteriormente se puso en marcha el centro educativo, como tal, como otra necesidad sentida.
Antiguo Cuscatlán tiene una población aproximada de 47.578 habitantes. El municipio tiene mucha zona urbana pero también cuenta con área rural. La población sujeto que se atiende son, en su mayoría, mujeres y adolescentes (en un 70%), y un 30% de hombres. El 60% de la población del municipio es joven y el 40% es de niños y niñas de 0 a 9 años. En este sector y cantones vecinos son personas con un nivel social bajo, a las que ha habido que ayudar para conseguir vivienda, etc., si bien, a pesar de ello siguen teniendo unas condiciones muy precarias.
Sin perjuicio de que el Centro atiende a quien lo requiera sin ningún tipo de discriminación, la población sujeto son inicialmente los habitantes de Antiguo Cuscatlán, y más específicamente las personas de la Asociación de Desarrollo Comunal Lupita, que está totalmente implicada en la identificación, formulación, ejecución, etc. del Proyecto. Su realización ha supuesto un impulso notable al asociacionismo, a la participación, a la implicación de todas y todos en su propio desarrollo.
Mediante este proyecto se pretendía dar un paso importante, ampliando la escuela -para atender más alumnado e incrementar los cursos impartidos- y aprovechando este hito para:
a) introducir la revisión curricular desde una perspectiva de Género, convirtiendo al centro en referente local de acuerdo con la estrategia, e
b) implantar un Centro de Equidad de la Mujer que, con una orientación estratégica, trabaje para lograr unas relaciones equitativas de género en la comunidad.
La implantación del proyecto está teniendo un efecto transformador y multiplicador tanto en el ámbito del propio centro educativo -dirección, profesorado, padres y madres, alumnado- como también en el barrio.
Por otra parte, la implantación del Centro de Equidad de Mujer permite paliar las necesidades específicas de la comunidad (violencia intrafamiliar, etc.) mientras que su vinculación al Colegio permite multiplicar las acciones de capacitación y sensibilización reforzando el potencial estratégico del proyecto educativo.
El Proyecto potencia el fortalecimiento de las capacidades locales reforzando su estructuración y trabajo en red; impulsa la capacitación de los recursos locales, además de extender los niveles educativos; fortalece las organizaciones -la entidad local, la comunidad, la Alcaldía, Ministerio de Educación, etc.- y fomenta la participación, reimpulsando la Asociación de Desarrollo Comunal Lupita y poniendo en marcha el Comité de Género y el Comité Gestor del Centro de Equidad, ambos representativos, paritarios y democráticos.
Desde un enfoque de derechos conviene tener presente que el valor pedagógico de la Coeducación radica más en su contenido democrático (extensión de los derechos cívicos de hombres y mujeres en todas las esferas públicas y privadas) que incluso en su posibilidad real de alcanzar la igualdad. Además, se considera la creación de un gabinete jurídico para asistencia en casos de violencia de género.
Forma parte de la Red Nacional de Educación y sus servicios son gratuitos. No hay un centro con este enfoque en la zona.
El proyecto se presentó al FOCAD 2006, recibiendo una ayuda de 426.903,43 euros para un presupuesto de 675.700,01.
La entidad local ha sido un consorcio constituido por la Congregación de Hermanas Josefinas y la Municipalidad de Antiguo Cuscatlán.