La ciudad nicaragüense de Granada está ubicada a orillas del lago Cocibolca, en la zona del sur y a una distancia de 45 kilómetros de la capital del país (Managua).
Nicaragua está considerado como el país más pobre del continente americano después de Haití, con una alarmante escasez de bienes básicos para la población, una tasa de inflación galopante, enorme déficit fiscal, distorsión de precios, deuda externa, etc. El Departamento de Granada, es el segundo más pequeño del país en extensión territorial. La ciudad tiene 75,000 habitantes, y todo el departamento tiene una población de 155.683; es la cuarta ciudad del país en población.
Dadas las necesidades actuales en que vive la población nicaragüense, prácticamente a diario se acercan jóvenes a los centros de la Congregación en búsqueda de ayuda para aprender algún oficio o para buscar algún medio de subsistencia.
Surgió así la iniciativa de crear la “Escuela Vocacional San José - Taller de Costura”. Antes de poner en marcha la acción se llevó a cabo un estudio de la necesidad que existe en el sector a nivel nacional, comprobándose la existencia de un nicho de mercado, al constatarse la conveniencia de ayudar a abaratar los costos de confección de uniformes escolares y de hospitales. Se vio por tanto la pertinencia de la acción: la producción del Taller tiene salida y permitirá su autosostenimiento para dar continuidad a la acción formativa y de capacitación de las jóvenes.
Se dirige a jóvenes entre 15 y 25 años, en situaciones especiales de pobreza, abandono, orfandad y carentes de lo necesario para subsistir. Muchas de estas muchachas que viven en condiciones muy necesitadas son en su mayoría víctimas de los estragos de la realidad social, política, económica y hasta de la naturaleza misma, manifestada en fenómenos naturales que han afectado profundamente a la población nicaragüense.
Concluida la programación del aprendizaje del oficio, las alumnas están en capacidad para trabajar por su propia cuenta en diferentes instituciones o en sus comunidades de origen, lo que les ayuda a generar ingresos económicos para la subsistencia de ellas mismas y del grupo familiar.
El numero de beneficiarios directos son de 80 a 100 jóvenes al año e indirectamente se están beneficiando unas 5.000 a 6.000 personas.
El socio local, la Congregación de Hermanas Josefinas, ha aportado los locales y las personas capacitadoras. Mediante sendas aportaciones de Manos Unidas y de "Ingeniería para la Cooperación - Lankidetzarako Ingeniaritza", se logró el equipamiento del Taller con maquinaria adecuada de carácter semindustrial. En la actualidad está en pleno funcionamiento.