Pese a que el sector rural en Costa de Marfil es el principal proveedor de empleo del país (mas del 60% del empleo), hoy en día, este sector concentra a las poblaciones más necesitadas: el 54% de la población rural vive por debajo del umbral de pobreza y la tasa de escolarización en escuelas primarias es de tan solo el 50%. El sistema educativo marfileño no está adaptado para responder a las limitaciones socio económicas específicas de las zonas rurales, y parece incapaz de impedir el empobrecimiento de sus poblaciones y el éxodo rural de las generaciones jóvenes.

Así, varias familias se han organizado para proporcionar una formación profesional y cultural de calidad a la gente joven del campo y a sus familias dándoles los medios para que sean capaces de labrarse un futuro. Es el principio del movimiento de las Escuelas Familiares Agrícolas (EFA).

La primera EFA en Costa de Marfil fue creada en 1998 en la región de Zagne, frontera con Liberia. El movimiento se ha ampliado al resto del país en los años 2000 y cuenta con más de una veintena de escuelas, hoy en día.

Una EFA es un centro de formación profesional que forma emprendedores rurales. Consiste en una formación integral de 3 años que favorece cambios de comportamiento en los jóvenes, en la pedagogía de la alternancia basada en la observación de prácticas y técnicas agrícolas sobre el terreno y sobre la apropiación de la escuela. Las disciplinas enseñadas abarcan varios campos: agricultura, cría, transformación agroalimentaria, artesanía y enseñanza general. Se animan a los alumnos de EFA a emprender y desarrollar sus propias actividades generadoras de ingresos. El objetivo es dar confianza y trabajo a los jóvenes desamparados en situación de fracaso para que salgan adelante cuando toda esperanza parecía perdida.

Por esto la vida de la EFA se basa en una gran implicación de la comunidad. Los padres de los alumnos y los formadores son responsables de su escuela lo que ayuda a la apropiación de la escuela y a su autogestión. La EFA también es una formación para todos: se proponen a los padres formaciones técnicas con el fin de reforzar el desarrollo local. En efecto la EFA propone un enfoque completo de la educación: la formación asociada. Es decir fomentar el análisis y la reflexión de los jóvenes con el fin de que estos adquieran las competencias necesarias para convertirse en verdaderos emprendedores rurales. Cada escuela, basándose en un territorio del que busca expresar el potencial social y económicos, es única pero todas apuntan a la misma finalidad: el desarrollo de la persona y del territorio.

Los retos medioambientales no se quedan atrás: son parte integrantes de la EFA. Gracias a su fuerte anclaje en la agricultura familiar, la EFA propone una agricultura diversificada y eficaz desde un punto de vista medioambiental. Así los jóvenes están sensibilizados a lo largo de su formación con las técnicas agroecológicas o también la gestión de los recursos de agua.